Sermón del santo Cura de Ars Sobre la Oración de un Pecador que no Quiere dejar el Pecado
Nosotros, como creyentes en Dios y en su Divino Hijo Nuestro Señor Jesucristo, debemos hacer oración para alabar a Dios, implorar su ayuda y que dicha oración nos sirva como penitencia por nuestros pecados y de los demás: vivos y difuntos.
La caída de los condenados |
El Santo Cura de Ars nos habla en este sermón acerca de los tipos de orantes que rezan a Dios: los que se acercan a el por amor, los que están cargados de pecados y se arrepienten de corazón por haber ofendido a Dios y los pecadores que oran y aún así no quieren dejar el pecado que tanto ofende a Dios. De estos pecadores se ocupa San Juan María Vianney, Santo Cura de Ars, en este sermón.
Nos dice el Santo Cura de Ars en su sermón: "la oración de un pecador que no quiere dejar el pecado es aborrecible a los ojos de Dios". Es debido a que este tipo de pecador ora y cae en una sarta de mentiras y ofensas a Dios, al estar diciendo las oraciones. Su oración es similar a la del fariseo en el templo, piensa que por el hecho de rezar Dios se apiadará de él; su oración no le sirve de ayuda, al contrario: de mayor condenación por impía y falsa. La oración, de un pecador de este tipo, debe ser como la del publicano en el templo, simple, sincera y sencilla: "Señor, ten misericordia de mí porque soy un gran pecador. Aquí no hay falsedad y se encomienda a la misericordia infinita de Nuestro Señor Jesucristo; si lo hace así, cada día, puede encontrar misericordia en caso de que tuviera una muerte repentina. Este tipo de pecador debe encomendarse principalmente a la Santísima Virgen María, ella puede lograr su conversión al interceder por él ante Dios y ser una eficaz defensora de su salvación en el juicio particular, actuando como Madre de la Misericordia.
Les recomiendo leer el sermón completo del Santo Cura de Ars sobre la oración de un pecador que no quiere dejar el pecado. Si quiere leer el e-book con el sermón completo de click en el siguiente cuadro y lo podrá hacer como si estuviera leyendo un libro:
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"Sobre la Oración de un Pecador que no Quiere dejar el Pecado". Sermón Escrito del Santo Cura de Ars
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A continuación incluyo parte del sermón escrito del Santo Cura de Ars sobre la oración de un pecador que no quiere dejar el pecado:
Sermón:
“Sobre la Oración de un Pecador
que no Quiere Dejar el pecado”
Santo Cura de Ars
Cum descendisset Jesus de monte, secutae sunt eum turbea muttae. Et ecce leprosus
veniens adorabat eum.
veniens adorabat eum.
Al haber descendido Jesús de la montaña, una gran muchedumbre lo siguió;
entonces un leproso vino a él y lo adoró. (S. Mt. VIII, 1-2).
Leyendo estas palabras, hijos míos, me represento el día de una gran fiesta dónde la gente viene en muchedumbre a nuestras iglesias, cerca de Jesucristo, no descendiendo de una montaña, sino en nuestros altares, donde la fe nos lo descubre como un rey en medio de su pueblo, como un padre rodeado de sus niños y, finalmente, como un médico rodeado de sus pacientes. Unos adoran a este Dios, cuyos cielos y tierra no pueden contener la inmensidad, con una conciencia pura, como un Dios que reina en su corazón; es solo el amor que los trae aquí para ofrecerle un sacrificio de alabanzas y de acciones de gracias; están seguros de no retirarse de cerca de este Dios caritativo sin ser colmados de toda clase de bendiciones. Otros aparecen delante de este Dios tan puro y tan santo con una alma totalmente cubierta de pecados; pero volvieron en si mismos, abrieron sus ojos a su lamentable estado, concibieron el horror más profundo de sus desarreglos pasados, y, entonces resuelven cambiar de vida, vienen a Jesucristo llenos de confianza, se echan a los pies del mejor de todos los padres, con el sacrificio de un corazón contrito y humillado. Antes de que salgan de ahí, el cielo les será abierto y el infierno cerrado. Pero después de estos dos tipos de adoradores llega un tercero: es decir, estos cristianos totalmente cubiertos de la basura del pecado y adormecidos en el mal, que no piensan de ninguna manera salir de eso, que sin embargo hacen como otros, vienen a adorar y a orar, al menos en apariencia. No les hablaré de los que vienen con una alma pura y agradable a su Dios: tengo sólo una cosa que hay que decirles, es perseverar. A los segundos, les diré que redoblen sus oraciones, sus lágrimas y sus penitencias; pero qué piensen que, según la promesa de Dios mismo, todo pecador que viene a Él con un corazón contrito y humillado está seguro de encontrar su perdón (Sal. L, 19). Están seguros, dice Jesucristo, de haber recobrado la amistad de su Dios y el derecho de su calidad de hijos de Dios les otorga el cielo. Voy pues a hablarles hoy sólo de estos pecadores que parecen vivir, pero que ya murieron. Conducta extraña, hijos míos, sobre la cual no me atrevería a decir mi pensamiento, si el Espíritu Santo no nos hubiera dicho ya, desde el comienzo del mundo y con los términos adecuados, que la oración de un
pecador que no quiere salir de su pecado y que no hace todo lo que debe hacer para salir de el, es aborrecible a los ojos del Señor (Prov. XXVIII, 9). Todavía aumentemos a este endurecimiento, el desprecio de todas las gracias que el cielo le ofrece. Mi intención es 2pues mostrarles que la oración de un pecador que no quiere salir del pecado, no es otra cosa que una acción ridícula, plena de contradicción y de mentira, si lo consideramos, o con relación a las disposiciones del pecador que lo hace, o todavía si lo consideramos con relación a Jesucristo a quien se dirige. Hablemos más claramente, diciendo que la oración de un pecador que permanece en el pecado no es otra cosa que la acción más insultante y la más impía. Escúcheme bien un instante y, desgraciadamente, ustedes estarán demasiado convencidos.
..."
Para ver el video del Sermón Escogido del Santo Cura de Ars: "Sobre la oración de un pecador que no quiere dejar el pecado", dar clic en la siguiente imagen:
VIDEO:
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