sábado, 9 de mayo de 2015

Cura de Ars Sobre la misericordia de Dios

SOBRE LA MISERICORDIA DE DIOS

Sermón del Santo Cura de Ars


    El Santo Cura de Ars nos habla en su sermón: "Sobre la misericordia de Dios", de la misericordia que nuestro Señor Jesucristo mostró siempre a los publicanos y pecadores que se acercaban a él para oír su palabra. No los alejaba de él ni los reprendía por su vida de pecado, sino que los ganaba con buenas maneras, mostrándoles el amor de Dios, los llevaba a las manos de su Padre Celestial y así se convirtieron muchos que ya estaban perdidos. Nos habla de la grandeza de la misericordia de Dios, haciendo referencia a los santos evangelios, profetas y pasajes del antiguo testamento. También nos dice lo que nosotros debemos de hacer para tener la felicidad de obtener la misericordia divina.



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Multitud de pecadores seguían a Jesucristo para
 oír las buenas nuevas de la misericordia de Dios.



    Dios es paciente con todos nosotros, su amor nos invita a salir del pecado y su misericordia nos recibe entre sus brazos. El Señor es paciente con el pecador porque desea que se convierta y se vuelva a Él con la penitencia; por su amor tan grande hacia nosotros no desea que el pecador se condene en el infierno, sino que se convierta y tenga vida eterna en su santo reino; su entrañas se conmueven al ver que tantos hijos de Él se pierden irremediablemente en el infierno, a pesar de toda la ayuda que se le ha dado al hombre para que acepte su gracia y deje el pecado; muestra paciencia hacia el pecador porque sabe que por muy pecador que sea se encuentra extraviado en los caminos del vicio y del pecado y que si supiera el horrible destino que le espera en el averno le serviría por temor y se convertiría a Él, pero Dios quiere que lo amemos como Él nos ama y nos muestra su amor y misericordia, no desea tenernos en el cielo por temor al castigo.

    Por el pecado de Adán y Eva toda la naturaleza clama a Dios, se revela contra el pecado y pide el castigo para el pecador. Pero, Dios ha  mostrado su misericordia en todas las diferentes edades de la tierra y el hombre ha sido envuelto con su beneficios. Perdonó a Adán y le prometió que su descendencia sería redimida enviándole a su Hijo Celestial que nacería de una virgen de su descendencia. Quiso perdonar a Caín y le dió tiempo para que se arrepintiera por haber matado  a su hermano Abel; pero, Caín solo tenía temor del castigo y solo temía que lo mataran, nunca se arrepintió y desde su nacimiento mostró una naturaleza corrompida e inclinada al pecado. Ha querido perdonar al hombre cuando toda la tierra se cubre de crímenes e iniquidad; para esto les envía a su profetas, que son los instrumentos de su misericordia, pidiéndoles que cambien y dejen  el camino que les lleva irremediablemente a la condenación eterna; pero el hombre es de cerviz dura y no todos hacen lo que Dios pide y Él se ve forzado a castigarlos con catástrofes naturales e intervenciones directas, para que con el dolor adquieran conciencia de sus extravíos... hasta llegar al Diluvio Universal en donde Dios muestra su misericordia hacia el justo Noé y unos pocos más, con este castigo de Dios muchos hombres del mundo se salvaron, clamando perdón al verse perdidos. Perdonó a Nínive, la gran ciudad pecadora, enviándole al profeta Jonás para que les avisara del castigo que iba a enviarles en cuarenta días; Jonás no obedeció al principio, el Señor tuvo que amonestarlo para que cumpliera su mandato y así salvar el alma de ese profeta por la horrible desobediencia a Dios que cometía. Castigó a Sodoma y Gomorra por sus terribles pecados, pero antes consultó a su siervo Abraham para que supiera lo que tenía pensado hacer; es cuando Abraham intercedió por los justos que tal vez hubiera en esa ciudad y no hubo en ella ni diez de ellos, entonces el Señor le avisó a Loth, sobrino de Abraham, para que se alejará de dichas ciudades y no pereciera él con su familia.

    Dios es todo misericordia desde el comienzo del mundo hasta la llegada del Mesías, siempre derramando sus gracias y llenando de beneficios a todos los hombres que se apartaban del mal y vivían con justicia. Dios, por su gran misericordia, fue capaz de sacrificar a su único Hijo, al enviarlo a una cruenta muerte para que nos reconciliara con Él, abrirnos las puertas del cielo y así la raza humana encontrará el único camino seguro de salvación eterna: Jesucristo. Nuestro Señor Jesucristo muestra un gran amor hacia nosotros al hacer la voluntad de su Padre Celestial, su cruenta muerte y tantos tormentos no son capaces de alejarlo de cumplir la misión que Dios le tenía encomendada. Jesús hizo todo para cumplir la misión de redención del género humano, sin descuidar el anuncio de su palabra y la salvación de las ovejas descarriadas; muestra gran amor y misericordia hacia grandes pecadores: la Samaritana, la Magdalena, San Mateo, Zaqueo, la mujer adultera, la hemorroísa, el padre del endemoniado, etc.

    Jesucristo tiene un gran placer en perdonarnos, por numerosos que sean nuestros pecados, como las hojas del bosque, siempre encontraremos su perdón si nos dirigimos a Él en la confesión con un corazón contrito: verdadero arrepentimiento por haberlo ofendido pecando, aborrecer dicha falta y deseos de nunca más cometerla. En el evangelio encontramos un hermoso ejemplo de la misericordia de Dios: la parábola del hijo prodigo; dicho hijo a pesar de ser un ingrato con su padre y de despilfarrar su herencia viviendo una vida disoluta, al verse golpeado por el infortunio y la pobreza extrema se ve obligado a reflexionar y decide ir a pedirle perdón a su padre; el amoroso padre no duda en perdonar al hijo que ya tenía por perdido y volvía a él, lo restituye en su amor y posición y hace una gran fiesta para regocijarse por haberlo recuperado...Así es Dios con todos sus hijos que se arrepienten de su vida de pecado y le piden perdón.

    No nos debe asustar ni la grandeza de nuestros pecados ni su número, sino la disposición que tengamos para recurrir siempre a la misericordia de Dios, con verdadero arrepentimiento y dolor para no hacer burla de Dios, siempre la encontraremos. Jesucristo nos alcanzó el premio de la vida eterna, desea nuestra salvación y a nosotros nos cuesta tan poco para salvarnos...nadie debería ir al infierno si se acoge en vida a la misericordia divina.

    Dios es tan bueno y nos ama tanto, que aún así no debemos cansar su paciencia haciendo mofa de Él, al pensar que siempre tendremos su misericordia cuando podamos o queramos apartarnos del pecado; nos pide verdadera conversión a Él y siempre fidelidad...no se puede tener la misericordia de Dios si continuamos pecando.

    Para leer el e-book, imprimir o descargar el archivo pdf, con el sermón escrito completo del Santo Cura de Ars: "Sobre la misericordia de Dios", dar clic en el siguiente enlace:




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